De dioses, hombres y castas

Según el hinduismo, la vida tiene su origen en un espíritu supremo ó Brahman, un fenómeno atemporal y sin forma que se manifiesta al mundo a través de la trimurti, la famosa triada de dioses Brahma, Vishnu y Shiva. Y es a este espíritu al que se aspira que el alma regrese y abandone el ciclo de las reencarnaciones.

Según los hindúes, God significa: Generation, operation, destruction. De cada una de estas fases se encarga un dios: Brahma es el dios del génesis, el que sueña la realidad en la que vivimos; medita durante trescientos once mil billones de años, tiempo durante el cual, Vishnu se encarga de que la vida vaya por el camino recto. Al finalizar este tiempo, Shiva destruye todo, y Brahma vuelve a soñar el mundo entero otra vez desde el principio.  Vuelta a empezar.

Si bien prácticamente todo el mundo adora a Shiva y a Vishnu, hay muy poca gente que haga caso a Brahma –de ahí que sólo en Pushkar haya un templo dedicado específicamente a él-, y la razón es tan sencilla como que es el dios que ha creado el bien, pero también el mal, y a los indios, esto no les parece del todo correcto.

A Shiva es probable que se le adore por una cuestión de respeto mezclada con miedo; no en vano es quien tiene la capacidad destructora, y si en cualquier momento se le ocurriera desatar su furia… De los tres, es el dios hippie; vive en el Himalaya, fuma marihuana, posee el tercer ojo y su parte creativa se representa con el famoso lingam –el falo-. Es el dios del yoga y tiene 1008 nombres distintos.

A Vishnu se le reza por ser el dios de la intendencia.La interpretación es mía– En el fondo es un dios que se encarga del mantenimiento del mundo mientras uno lo sueña y el otro espera para destruirlo todo.  Tiene 10 encarnaciones, entre ellas el famoso Krishna. Es la cara amable de la triada.

A partir de aquí el hinduismo se complica y los dioses tienen esposas, hijos, amigos y cada uno se reencarna en otras deidades adoptando nombres distintos en función de la ciudad y del templo, además cada familia adora a su propio kuladevi, un ídolo familiar, y muchos héroes, con el tiempo han sido divinizados. De ahí los trescientos treinta millones de dioses…

En realidad, el hinduismo no es una religión como tal, sino una forma de vida que se ha ido adoptando por este pueblo desde hace más de 3000 años, y que no posee ni teología, ni guía central. De hecho, el hindú nace hindú; nadie puede convertirse.

Si a esto le añadimos que el sistema de castas divide a la población según un origen supuestamente mítico y una ocupación, en cuatro estadios distintos e inamovibles que rigen las relaciones sociales, la historia se complica: en la cúspide están los brahamanes, sacerdotes, que nacen de la boca de Brahma. Los guerreros o chatrias provienen de los brazos. De los muslos, los vaisías o comerciantes, y los sudras, aquellos que desempeñan tareas sin importancia, nacen de los pies de Brahma. Finalmente, una casta de la que se evita hablar, son los intocables o pobres de necesidad, aquellas personas que ni siquiera pertenecen a casta alguna.

El hindú vive en un eterno samsara, nacimiento, muerte y renacimiento, y mientras vive, debe ocuparse de temas cotidianos y de alimentar el karma a través de actos honrados, que le guíen hacia el camino de la salvación, que no es otro que conseguir que el alma se reencuentre con el espíritu supremo y se rompa el ciclo de las reencarnaciones. Mientras recorre este camino, va renaciendo en función de sus actos en otros seres vivos –de cualquier casta-, y en ocasiones en animales o plantas en función del karma acumulado. Si el saldo es positivo, se asciende de escala; algo así como un bonus track cósmico.

Hasta aquí la teoría. En la práctica, con la luz del sol, como casi siempre, las cosas cambian bastante.

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  1. […] [Para entender un poquito el hinduismo, aquí os dejo una breve explicación] […]

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