Ramsés Suria by Starck
A los pies de una de las construcciones más faraonicas de Carlos III, la neoclásica Puerta de Alcalá que daba acceso a aquellos que llegaban a Madrid procedentes de Francia, Cataluña o Aragón, bulle hoy un universo que tal vez tenga poco que ver con el que soñó Sabatini al diseñarla en 1778: Ramés Suria.
Un mundo de carreras, cláxones y velocidad que serpentea alrededor de este primer arco de triunfo moderno, quien -permitidme la personificación de la cosa- observa impasible el transcurrir de la prisa desde hace más de cuarenta lustros. De la prisa, y de su antagónica, la pausa.