Thar: El Desierto

Polvoriento, como un recuerdo arrinconado que no se debe invocar.

Agreste, como el instante que precede al desengaño.

Resquebrajado, como el mundo conocido que se rompe cuando llega el vértigo.

Arrasado, como la certeza de que no sueñas conmigo.

Un desierto árido, beige, borroso, abrasador, envuelto en esa neblina que, en los días de calor, le arranca al asfalto ilusiones de proximidades que no son tales.

Un desierto distinto al resto, el desierto más poblado del mundo, un lugar en el que a pesar de todo crecen hierbas, rastrojos, matas, arbustos, malezas y que a la vez otorga a sus pueblos los suficientes frutos como para que familias enteras salgan adelante con lo que cosechan. Un desierto de turbantes en mostaza, rojo intenso, naranja sagrado, azul brahamánico, blanco jainista. Un caleidoscopio de color en forma de saris, un errar de caras tapadas, de dunas y camellos.

El desierto que hay que recorrer para ver qué hay al final. Lo que sucede sí.

pushkar_greet

La imagen destacada es de aquí. La de los camellos de aquí.

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